El país que eligió la vida: una bitácora desde el corazón verde de América
Viajar a Costa Rica con mis hijos fue mucho más que unas vacaciones; fue una lección viviente sobre lo que significa convivir en armonía con la naturaleza, sobre cómo un país entero puede construir su identidad a partir del respeto profundo por la vida. Desde que aterrizamos, sentí que estábamos entrando en otro ritmo, uno más pausado, más atento. La primera vez que escuchamos un “pura vida” en la calle sonreímos, sin saber que esa expresión se volvería el hilo conductor de toda nuestra experiencia. Lo decía el chofer del bus, lo decía la señora del puesto de frutas, lo decía el guía en medio del bosque, y lo decíamos nosotros, cada vez con más intención. “Pura vida” no era un cliché. Era una forma de mirar el mundo. Costa Rica se siente como un país que decidió hace tiempo tomarse en serio el futuro. Más de veinte años atrás, mientras otros seguían apostando por la explotación de sus recursos sin medida, aquí se gestaba un movimiento social silencioso pero decidido: proteger los ...